viernes, 22 de febrero de 2008

¿A donde van las moscas cuando mueren?

Verano. Cuarenta grados de calor a la sombra. ¿Qué puede hacer uno además de tomar un Gancia frío bajo de un árbol o de una sombrilla mientras se saca la pelusa del ombligo? La respuesta es fácil: espantarse las moscas. Porque por algún extraño designio , la naturaleza, en sus caprichos de pronto goza con torturar a su supuesta mas inteligente criatura : el hombre. Porque cuando uno está transpirado, colorado y brilloso, como guardabarro de autobomba, aparecen ellas. Sumando al calor… el malhumor que provocan esas moscas que se ensañan con sopapear con su diminuta y cosquilleante ventosa nuestra espalda. Sabedoras de lo difícil que es llegar a aplastarlas con la mano, que llevada por nuestro brazo nervioso , busca en movimientos acrobáticos propios de un contorsionista al límite de la desesperación…azotar el centro de nuestra columna vertebral, donde estratégicamente, con la inteligencia del que se siente pequeño pero superior, se para triunfadora… LA MOSCA.
Entonces voy al galponcito , cagado de calor, y revuelvo ansioso estantes y cajas… y agarro un Raid del año 1972, la corro como un energúmeno, para vaciarle su contenido, e intoxicarla sin piedad. Y… veo como huye raudamente por la ventana, ya herida por los químicos…, sin siquiera darme el gusto, el placer del vencedor, del perverso, de aquel que disfruta de ver la muerte de su adversario en agónicos movimientos.
Y ya viene otra…. a posarse de nuevo en mi espalda ¡en el exacto lugar que había sopapeado la otra…! como las golondrinas que misteriosamente vuelan al norte en septiembre año a año con la puntualidad de un mandato ancestral. O como tomando la posta de una tarea inconclusa de su especie o de su malograda antecesora….
Entonces le tiro Raid… …. mientras giro para cubrirme la espalda -provocando movimientos de loco que llaman la atención de mi vecina que tiende la ropa mirando aterrada- y salto… atento a que no venga otra maldita ....¡ y la desgraciada, impregnada de Raid huye también por los aires!
Y me pregunto…tal vez parafraseando en algo al inolvidable Chango Nieto que con su pluma alguna vez escribió "¿Adonde van los pájaros que mueren?" : "...¿adonde van las moscas cuando mueren? " Porque pese a los avances de la química y la física por combatirlas durante siglos… son muy pocos...¡poquísimos!... los cadáveres de moscas que descubro en proporción a las poblaciones, cada vez más grandes, de moscas, mosquitas , tábanos y moscardones.
¿Van a morir a algún lado, en secreto ritual como los elefantes? ¿Son precursoras de la muerte digna, lejos de la cruel mirada humana? ¿Piden a sus hijas que las incineren? ¡ Sin duda llegará el momento en que aprendamos de la dignidad de las moscas, de su agonía sin llamar la atención, de su partir sin culpar a nadie, de su paso al otro reino sin dar lástima a los demás, sin hacer de su muerte un espectáculo del dolor como hacemos muchos humanos que nos creemos más inteligentes…!
(Dedicado a las moscas del Barrio Hipódromo de La Plata que insisten en visitar mi estudio)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Interesante

Pero definitivamente aún queda el pendiente de saber que pasa con las moscas, son tantos vivos que no aperen en tan semejante proporción de muertitos

Mosto dijo...

Muy buen post jaja. No dejo de hacerme esa pregunta todos los dias:donde carajo van a morir las moscas que nunca encuentro ninguna muerta?